sábado, 5 de noviembre de 2011

Bienvenido al Telpochcallí

El jueves fue mi primer día de trabajo, ya que el martes me dejaron recuperarme del viaje y el miércoles era el Día de Difuntos, festivo nacional.

La llegada al Telpochcallí resulta impactante, ya que el edificio llama la atención con su estructura, su nombre y dos serpientes voladoras que simbolizan el conocimiento, y que se enfrentan, porque tal conocimiento puede ser usado tanto para el bien como para el mal. Esta será la primera de las historias que esconde el edificio.


Con una visita guiada voy conociendo las instalaciones y a los trabajadores del Telpochcallí, que es un Centro de Educación Alternativa Rural, es decir, un centro educativo eminentemente práctico, dirigido y adaptado a las necesidades de la población local, por lo que cobran especial importancia las tareas agropecuarias, con diversidad de cultivos (yuca, papaya, tomate, pimiento, frijoles,...), ganado porcino y avícola y acuicultura.

Además de Centro Educativo también es un Centro Tecnológico, en donde se experimenta con variedades, técnicas de cultivo, acumulación de agua,... para posteriormente hacer la transferencia a las comunidades locales, que a pesar de vivir en gran medida de la agricultura, no conocen cuales son los mejores cultivos y técnicas para sacar rendimiento a sus tierras.

El segundo elemento característico del edificio del Telpochcallí son sus columnas. Las dos centrales muestran una representación de la planta del teocintle (antecesor del maíz) y las 9 restantes están divididas en grabados en la piedra que van explicando la historia de los indígenas chorotegas desde su llegada de territorio mexicano hasta la actualidad. Un edificio que cuenta historias, me parece una gran idea y además han capacitado a varios trabajadores para que puedan guiar y contar dicha historia.

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